Video : Conoce el centro de Corpac donde se controla todo el tránsito aéreo del país
Al igual que las pistas y carreteras del país requieren la supervisión permanente de la Policía de Tránsito, de la misma mamera los cielos del Perú se encuentran resguardados por el Centro de Control Radar, entidad encargada de supervisar y controlar la circulación de todas las aeronaves en el cielo nacional. Conozca en esta nota cómo funciona y cuál es la labor estratégica del controlador aéreo.
El Centro de Control Radar es una dependencia de los Servicios de Control de Tránsito Aéreo de la Corporación Peruana de Aeropuertos y Aviación Comercial (Corpac) encargada de supervisar los vuelos a nivel nacional y que cuenta con una tecnología de última generación para llevar a cabo su objetivo, manifestó Carlos Guerra Sato, coordinador general de esta área.
“A través del Centro de Control Radar controlamos todo el tránsito aéreo a nivel nacional, es decir, todos los vuelos son de conocimiento de nuestra dependencia”, señaló Guerra a la agencia Andina.
Las personas que trabajan en el Centro de Control Radar son los llamados controladores y están encargados de dirigir y supervisar el tránsito aéreo, así como, de autorizar el despegue, vuelo y aterrizaje de las aeronaves en los diversos aeropuertos de nuestro país.
“Por ejemplo, si una aeronave va a despegar de Trujillo con dirección a Lima, el controlador de Trujillo deberá pedir autorización al centro de control para determinar a qué hora puede iniciar el vuelo. En tanto, el controlador de Lima tiene que evaluar el tránsito de la zona para que pueda sobrevolar ese avión a fin de evitar que se cruce con otra aeronave”, acotó.
El funcionario indicó que, al inicio de las operaciones aéreas en nuestro país, la forma de controlar el vuelo de los aviones se realizaba de forma convencional al no existir radares, es decir, se efectuaba teniendo solo la ubicación aeroespacial y siguiendo los lineamientos de aviación correspondientes.
“Antes no había la ayuda visual que permite ver la aeronave por el radar. Solo se controlaba teniendo la ubicación aeroespacial y guiándose por la radio ayuda. El controlador debía tener la pericia para guiar y dar las coordenadas adecuadas de vuelo. Ahora, con el radar todo es más ágil y precisó”, añadió.
Actualmente, el Centro de Control Radar cuenta con el sistema Indra que es una tecnología más sofisticada y de alta precisión lo que permite agilizar la comunicación entre los controladores del centro de Control de tránsito, los de la torre, el personal de tierra, los servicios de emergencia y los aeropuertos, además, de facilitar una visión global de los movimientos de las aeronaves civiles y una mejor gestión del tráfico aéreo.
Controladores
Guerra Sato manifestó que a nivel nacional existen cerca de 245 controladores de los cuales 70 se encuentran en Lima y el resto en el interior del país. El horario de trabajo de estos profesionales se divide en dos turnos de 12 horas. El primero es de 7 a.m. a 7 p.m. y el segundo de 7 p.m. hasta las 7 a.m. del siguiente día.
“Por cada turno, hay 18 controladores, pero muchos de ellos tienen que hacer sobretiempo para poder abastecer la demanda que tenemos. Nos hace falta controladores y para estar nivelados necesitaríamos 120 especialistas más en Lima”, agregó.
Entre las habilidades que deben tener los controladores para cumplir satisfactoriamente su misión es poseer rapidez mental y la toma de decisiones inmediatas ante un posible conflicto o amenaza aérea que pone en peligro la vida de los tripulantes, remarcó.
“A veces suceden emergencias donde falla un motor, el sistema de presurización no responde o un pasajero se encuentra con problemas de salud que necesita una atención médica urgente. Para todas estas situaciones el controlador tiene que estar preparado y resolverlo de forma expeditiva”, detalló.
El valor de la experiencia
Carlos Guerra tiene 47 años de servicio como controlador aéreo en Corpac y durante todo este tiempo ha afrontado diversas situaciones que ha requerido tener el temple necesario y los nervios de acero para cumplir con la función de guiar a los aviones hasta que aterricen de forma segura.